Cuántas veces hemos escuchado a nuestros hijos pronunciar estas
palabras, y a veces, sin decirlas, simplemente con voltear a mirarnos y estirar
sus bracitos ya está más que claro lo que pretenden. Es evidente que el contacto físico además de instintivo, responde a
una necesidad básica del ser humano, esencial para la supervivencia; todo bebé
necesita sentirse acariciado y amparado por manos que le brinden cuidado,
protección y apoyo. Estas experiencias tempranas son las primeras huellas que
se adhieren a la piel, a modo de mensajes pre-verbales, estableciendo así los
primeros diálogos entre padres e hijos. Desde tiempos antiguos las madres han
cargado a sus hijos buscando de esta manera abrazarlos, mimarlos, consentirlos
y hasta calmar su llanto. Aún en la actualidad es costumbre hacerlo. El
contacto piel con piel es una de las formas más beneficiosas de comunicarse, de
hecho es la primera que tiene el recién nacido.
Si extendemos el contacto más allá de sus primeras horas de vida con
la ayuda de un portabebés, estaremos prolongando esas sensaciones placenteras
ya experimentadas por el bebé durante sus nueve meses de gestación, ayudaremos
a desarrollar el apego, fundamental en la crianza y muy necesario a lo largo de
nuestra vida, pero más aún en la niñez temprana, ya que influye de manera
significativa en el desarrollo de la personalidad.
¿Quieres que tu bebé crezca sano y
feliz?
Acarícialo, bésalo, estrújalo, masajéalo. El tacto es una poderosa
fuente de estímulos. Cuanto más seguro y querido se sienta tu bebé, más
equilibrado estará emocionalmente. Llevar a tu hijo pegadito a tu cuerpo es una
forma tradicional y natural que refuerza
el vínculo con los padres, es una experiencia sumamente gratificante es difícil
describirla con palabras, hay que vivirla y sentirla.
BENEFICIOS PARA LOS NIÑOS.
Poder escuchar el corazón y la voz de los padres, sentir su calor, su
olor y el ir suavemente apretado contra su cuerpo, les aporta mucha
tranquilidad y revive esos bellos momentos que pasó en el vientre materno.
Pegado al cuerpo de su madre o su padre, el bebé se siente protegido y seguro.
Lloran menos: En un
portabebés, los niños están más tranquilos. Está comprobado que estar cerca del
cuerpo de sus padres disminuye los niveles de estrés y ansiedad provocado en la
mayoría de casos por los diferentes estímulos que reciben del mundo externo.
Duermen mucho mejor: Los
bebés porteados duermen más y mejor ya que su latido cardiaco se estabiliza y
sincroniza con el de sus padres.
Son más independientes: Los niños cargados en brazos tienen mayor auto estima, se convierten en personas más independientes, ya que sus necesidades de afecto, calor humano y cuidado son cubiertos de inmediato.
Son más independientes: Los niños cargados en brazos tienen mayor auto estima, se convierten en personas más independientes, ya que sus necesidades de afecto, calor humano y cuidado son cubiertos de inmediato.
Tienen un mejor desarrollo
psico-motor: La estimulación y el balanceo que reciben desarrolla en ellos mejor
equilibrio, mejor control en la postura, su cuerpo se va adaptando a nuestro
movimiento.
Disminuye el índice de cólicos
y reflujo: Llevar el bebé en posición vertical en particular vientre contra
vientre ayuda a expulsar los gases y beneficia el correcto funcionamiento del
sistema digestivo.
Son más sociables: Cuando
el adulto habla con otras personas, el bebé se integra a la vida cotidiana,
participando en los paseos, risas y charlas.
Disminuye la probabilidad de
producirse displasia de cadera: Al colocar el bebé en la posición
adecuada, la cadera estará flexionada y
en abducción favoreciendo la estabilidad y el desarrollo óseo de la misma.
BENEFICIOS PARA LOS PADRES.
Mientras el bebé está pegado a nuestro cuerpo, tenemos la oportunidad
de jugar con él, hablarle, mimarlo, cantarle, besarlo y acariciarlo. La
comunicación entre los dos será mucho mejor, tenerlo siempre cerca te enseñará
a comprenderlo.
Fortalece los vínculos familiares:
El contacto continuo establece una relación muy especial entre el bebé y los
padres, aumenta la conexión emocional y los lazos afectivos.
Aporta seguridad: Los
padres que llevan a sus bebés pegados a sus cuerpos se sentirán más seguros y
confiados porque serán capaces de identificar más rápidamente las necesidades
de su hijo como por ejemplo: sueño, hambre, cansancio, etc.
Beneficia la lactancia materna:
Llevar al bebé cerca provoca que la madre segregue oxitocina, hormona que favorece la producción de leche, facilita
la lactancia a demanda, ya que el bebé puede ser amamantado en cualquier
momento con toda comodidad sin que la madre tenga que sacarlo del portabebés.
Permite tener las manos libres:
Es muy cómodo para hacer las tareas habituales ya sea dentro o fuera de casa.
Tonifica los músculos de la
espalda: El peso del niño está sostenido por el portabebés, que a su vez es
repartido por toda nuestra espalda. De esta manera nuestro cuerpo se va
adaptando progresivamente al peso del bebé, lo que contribuye a fortalecer
nuestra musculatura y a llevar una mejor postura.
Integra al padre: El padre cumple una función importante en la crianza de los hijos, portear al bebé aumentará su auto estima, se sentirá “más padre” y fortalecerá el vínculo con su bebé.
Integra al padre: El padre cumple una función importante en la crianza de los hijos, portear al bebé aumentará su auto estima, se sentirá “más padre” y fortalecerá el vínculo con su bebé.
COMO ELEGIR BIEN UN PORTABEBÉ.
Existe en el mercado un gran número de portabebés que nos permiten
llevar a nuestros hijos y disfrutar de los beneficios del contacto cercano; a
pesar de las diferencias que existen entre ellos es importante, a la hora de decidirnos
por uno, comprobar que cumple con unos principios básicos.
Primero el portabebés debe
asegurar que la posición del bebé sea la correcta: caderas y rodillas
flexionadas en posición “ranita”, de manera que la espalda quede ligeramente
curvada y el bebé quede sentado y no colgado sobre los genitales. Por otra
parte, el portabebés debe tener un
sistema de ajuste que le permita al bebé quedar bien pegado al cuerpo de quien
lo lleva: Es decir, si te agachas, el bebé no debe despegarse de ti. En
cuanto a la altura, el bebé tiene que permanecer al nivel del pecho. Como
indicación se dice que debe quedar en una posición en la que puedas darle un
beso sin esforzarte. De este modo no se sobrecarga la columna lumbar. Si el
portabebés es de tiras es importante verificar que sean anchas y que no se
claven en el cuello, para que haya una correcta distribución del peso. Por
último, hay que valorar las necesidades personales,
y porque no, valorar las familiares: Si lo va a utilizar solo la madre y/o
el padre, si se va a usar constantemente o solo los fines de semana, si se
necesita uno que sea rápido y fácil de poner, si va a ser para trayectos cortos
o largos. También es importante valorar si el clima donde vives es caluroso o
frío.
PREGUNTAS FRECUENTES.
PREGUNTAS FRECUENTES.
El uso cotidiano de un portabebés suele generar inquietud y algunas
dudas en los padres menos experimentados. Ejemplo:
¿Por qué es tan importante que un portabebés sea ergonómico? la postura del bebé en un cargador debe ser fisiológica, sus piernas deben estar flexionadas en posición “ranita”: ligeramente abiertas, alrededor de (45°) con relación al eje corporal, (90°) de apertura total entre las piernas con las rodillas más elevadas que las nalgas. Además su espalda debe quedar curvada en forma de “C” , imitando la posición fetal en la que se encontraba en el útero.
¿Por qué es tan importante que un portabebés sea ergonómico? la postura del bebé en un cargador debe ser fisiológica, sus piernas deben estar flexionadas en posición “ranita”: ligeramente abiertas, alrededor de (45°) con relación al eje corporal, (90°) de apertura total entre las piernas con las rodillas más elevadas que las nalgas. Además su espalda debe quedar curvada en forma de “C” , imitando la posición fetal en la que se encontraba en el útero.
¿Cuándo puedo empezar a llevar
a mi hijo en un portabebés? Desde su nacimiento. Incluso si tu bebé es prematuro
y/o tiene un peso muy bajo, puede ser llevado en un portabebés y además
beneficiarse de ello. Recuerda hay que prestar mucha atención a la posición
adecuada del bebé en el portabebés.
¿Hasta qué edad puedo llevar a
mi hijo en un portabebés? hasta que ambos lo deseen, normalmente los
portabebés se usan entre los 0 y 3 años de edad, durante más tiempo al inicio y
cada vez menos cuando el bebé comienza a tener autonomía, como por ejemplo: gatear,
caminar, correr. Y el tiempo de uso del portabebés se va reduciendo hasta que
el niño se desplaza por si solo. Aunque en ocasiones un niño mayor entre los 4
y 5 años de edad puede ser llevado en una caminata o excursión, cuando tenga
mucho sueño o simplemente cuando necesite ser mimado, etc. Por lo general los
portabebés aguantan mucho peso, más del que podríamos llevar.
¿Cuánto tiempo seguido puede
estar un niño pequeño en un portabebés? en realidad, puedes llevarlo todo
el tiempo que quieras mientras los dos (tanto el padre como el bebé) se sientan
a gusto. De todos modos se recomienda que se empiece con poco tiempo y se vaya
ampliando de manera progresiva para que tu cuerpo y el de tu bebé se adapten
bien. ¿Se malacostumbrará mi hijo si
siempre lo llevo en un portabebés? No, más bien al contrario. Un niño que
es llevado constantemente se sentirá seguro y avanzará hacia la autonomía,
teniendo cada vez más ganas de explorar el mundo y siendo cada vez más
independientes de sus padres.
¿Usar un portabebés me
perjudicará si tengo problemas de espalda? No, al contrario, las personas
que tienen problemas de espalda, más que nadie, tienen que prestar atención a cómo
llevar peso y a mantener una correcta postura corporal. El portabebés permite
trabajar los músculos de la espalda, es mucho más beneficioso llevar a tu bebé
en un portabebés que cargado en brazos.
¿Es prudente colocar al bebé de
frente para que tenga un mayor campo de visión? llevar al bebé mirando de
frente es un error, primero representa mucho estímulo visual, demasiado para
ver, a tan temprana edad los bebes aún no pueden procesar tanta información,
les puede provocar estrés y vértigo, obliga a que sus piernitas queden
colgando, recayendo en su área genital todo su peso, su columna está en una
postura poco natural y nada cómoda ya que queda curvada en forma de “S” cuando
debería ser en forma de “C” además el portador tiene que arquear su espalda
para compensar el peso del bebé que tira hacia adelante.