lunes, 29 de julio de 2013

Mami... ¡CÁRGAME!

Cuántas veces hemos escuchado a nuestros hijos pronunciar estas palabras, y a veces, sin decirlas, simplemente con voltear a mirarnos y estirar sus bracitos ya está más que claro lo que pretenden. Es evidente que el contacto físico además de instintivo, responde a una necesidad básica del ser humano, esencial para la supervivencia; todo bebé necesita sentirse acariciado y amparado por manos que le brinden cuidado, protección y apoyo. Estas experiencias tempranas son las primeras huellas que se adhieren a la piel, a modo de mensajes pre-verbales, estableciendo así los primeros diálogos entre padres e hijos. Desde tiempos antiguos las madres han cargado a sus hijos buscando de esta manera abrazarlos, mimarlos, consentirlos y hasta calmar su llanto. Aún en la actualidad es costumbre hacerlo. El contacto piel con piel es una de las formas más beneficiosas de comunicarse, de hecho es la primera que tiene el recién nacido.
Si extendemos el contacto más allá de sus primeras horas de vida con la ayuda de un portabebés, estaremos prolongando esas sensaciones placenteras ya experimentadas por el bebé durante sus nueve meses de gestación, ayudaremos a desarrollar el apego, fundamental en la crianza y muy necesario a lo largo de nuestra vida, pero más aún en la niñez temprana, ya que influye de manera significativa en el desarrollo de la personalidad.
¿Quieres que tu bebé crezca sano y feliz?
Acarícialo, bésalo, estrújalo, masajéalo. El tacto es una poderosa fuente de estímulos. Cuanto más seguro y querido se sienta tu bebé, más equilibrado estará emocionalmente. Llevar a tu hijo pegadito a tu cuerpo es una forma tradicional y natural  que refuerza el vínculo con los padres, es una experiencia sumamente gratificante es difícil describirla con palabras, hay que vivirla y sentirla.

BENEFICIOS PARA LOS NIÑOS.
Poder escuchar el corazón y la voz de los padres, sentir su calor, su olor y el ir suavemente apretado contra su cuerpo, les aporta mucha tranquilidad y revive esos bellos momentos que pasó en el vientre materno. Pegado al cuerpo de su madre o su padre, el bebé se siente protegido y seguro.
Lloran menos: En un portabebés, los niños están más tranquilos. Está comprobado que estar cerca del cuerpo de sus padres disminuye los niveles de estrés y ansiedad provocado en la mayoría de casos por los diferentes estímulos que reciben del mundo externo.
Duermen mucho mejor: Los bebés porteados duermen más y mejor ya que su latido cardiaco se estabiliza y sincroniza con el de sus padres. 
Son más independientes: Los niños cargados en brazos tienen mayor auto estima, se convierten en personas más independientes, ya que sus necesidades de afecto, calor humano y cuidado son cubiertos de inmediato.
Tienen un mejor desarrollo psico-motor: La estimulación y el balanceo que reciben desarrolla en ellos mejor equilibrio, mejor control en la postura, su cuerpo se va adaptando a nuestro movimiento.
Disminuye el índice de cólicos y reflujo: Llevar el bebé en posición vertical en particular vientre contra vientre ayuda a expulsar los gases y beneficia el correcto funcionamiento del sistema digestivo.
Son más sociables: Cuando el adulto habla con otras personas, el bebé se integra a la vida cotidiana, participando en los paseos, risas y charlas.
Disminuye la probabilidad de producirse displasia de cadera: Al colocar el bebé en la posición adecuada,  la cadera estará flexionada y en abducción favoreciendo la estabilidad y el desarrollo óseo de la misma.

BENEFICIOS PARA LOS PADRES.
Mientras el bebé está pegado a nuestro cuerpo, tenemos la oportunidad de jugar con él, hablarle, mimarlo, cantarle, besarlo y acariciarlo. La comunicación entre los dos será mucho mejor, tenerlo siempre cerca te enseñará a comprenderlo.

Fortalece los vínculos familiares: El contacto continuo establece una relación muy especial entre el bebé y los padres, aumenta la conexión emocional y los lazos afectivos.
Aporta seguridad: Los padres que llevan a sus bebés pegados a sus cuerpos se sentirán más seguros y confiados porque serán capaces de identificar más rápidamente las necesidades de su hijo como por ejemplo: sueño, hambre, cansancio, etc.
Beneficia la lactancia materna: Llevar al bebé cerca provoca que la madre segregue oxitocina, hormona  que favorece la producción de leche, facilita la lactancia a demanda, ya que el bebé puede ser amamantado en cualquier momento con toda comodidad sin que la madre tenga que sacarlo del portabebés.
Permite tener las manos libres: Es muy cómodo para hacer las tareas habituales ya sea dentro o fuera de casa.
Tonifica los músculos de la espalda: El peso del niño está sostenido por el portabebés, que a su vez es repartido por toda nuestra espalda. De esta manera nuestro cuerpo se va adaptando progresivamente al peso del bebé, lo que contribuye a fortalecer nuestra musculatura y a llevar una mejor postura. 
Integra al padre: El padre cumple una función importante en la crianza de los hijos, portear al bebé aumentará su auto estima, se sentirá “más padre” y fortalecerá el vínculo con su bebé.

COMO ELEGIR BIEN UN PORTABEBÉ.
Existe en el mercado un gran número de portabebés que nos permiten llevar a nuestros hijos y disfrutar de los beneficios del contacto cercano; a pesar de las diferencias que existen entre ellos es importante, a la hora de decidirnos por uno, comprobar que cumple con unos principios básicos.
Primero el portabebés debe asegurar que la posición del bebé sea la correcta: caderas y rodillas flexionadas en posición “ranita”, de manera que la espalda quede ligeramente curvada y el bebé quede sentado y no colgado sobre los genitales. Por otra parte, el portabebés debe tener un sistema de ajuste que le permita al bebé quedar bien pegado al cuerpo de quien lo lleva: Es decir, si te agachas, el bebé no debe despegarse de ti. En cuanto a la altura, el bebé tiene que permanecer al nivel del pecho. Como indicación se dice que debe quedar en una posición en la que puedas darle un beso sin esforzarte. De este modo no se sobrecarga la columna lumbar. Si el portabebés es de tiras es importante verificar que sean anchas y que no se claven en el cuello, para que haya una correcta distribución del peso. Por último, hay que valorar las necesidades personales, y porque no, valorar las familiares: Si lo va a utilizar solo la madre y/o el padre, si se va a usar constantemente o solo los fines de semana, si se necesita uno que sea rápido y fácil de poner, si va a ser para trayectos cortos o largos. También es importante valorar si el clima donde vives es caluroso o frío. 

PREGUNTAS FRECUENTES.
El uso cotidiano de un portabebés suele generar inquietud y algunas dudas en los padres menos experimentados. Ejemplo: 

¿Por qué es tan importante que un portabebés sea ergonómico? la postura del bebé en un cargador debe ser fisiológica, sus piernas deben estar flexionadas en posición “ranita”: ligeramente abiertas, alrededor de (45°) con relación al eje corporal, (90°) de apertura total entre las piernas con las rodillas más elevadas que las nalgas. Además su espalda debe quedar curvada en forma de “C” , imitando la posición fetal en la que se encontraba en el útero. 
¿Cuándo puedo empezar a llevar a mi hijo en un portabebés? Desde su nacimiento. Incluso si tu bebé es prematuro y/o tiene un peso muy bajo, puede ser llevado en un portabebés y además beneficiarse de ello. Recuerda hay que prestar mucha atención a la posición adecuada del bebé en el portabebés. 
¿Hasta qué edad puedo llevar a mi hijo en un portabebés? hasta que ambos lo deseen, normalmente los portabebés se usan entre los 0 y 3 años de edad, durante más tiempo al inicio y cada vez menos cuando el bebé comienza a tener autonomía, como por ejemplo: gatear, caminar, correr. Y el tiempo de uso del portabebés se va reduciendo hasta que el niño se desplaza por si solo. Aunque en ocasiones un niño mayor entre los 4 y 5 años de edad puede ser llevado en una caminata o excursión, cuando tenga mucho sueño o simplemente cuando necesite ser mimado, etc. Por lo general los portabebés aguantan mucho peso, más del que podríamos llevar. 
¿Cuánto tiempo seguido puede estar un niño pequeño en un portabebés? en realidad, puedes llevarlo todo el tiempo que quieras mientras los dos (tanto el padre como el bebé) se sientan a gusto. De todos modos se recomienda que se empiece con poco tiempo y se vaya ampliando de manera progresiva para que tu cuerpo y el de tu bebé se adapten bien. ¿Se malacostumbrará mi hijo si siempre lo llevo en un portabebés? No, más bien al contrario. Un niño que es llevado constantemente se sentirá seguro y avanzará hacia la autonomía, teniendo cada vez más ganas de explorar el mundo y siendo cada vez más independientes de sus padres. 
¿Usar un portabebés me perjudicará si tengo problemas de espalda? No, al contrario, las personas que tienen problemas de espalda, más que nadie, tienen que prestar atención a cómo llevar peso y a mantener una correcta postura corporal. El portabebés permite trabajar los músculos de la espalda, es mucho más beneficioso llevar a tu bebé en un portabebés que cargado en brazos. 
¿Es prudente colocar al bebé de frente para que tenga un mayor campo de visión? llevar al bebé mirando de frente es un error, primero representa mucho estímulo visual, demasiado para ver, a tan temprana edad los bebes aún no pueden procesar tanta información, les puede provocar estrés y vértigo, obliga a que sus piernitas queden colgando, recayendo en su área genital todo su peso, su columna está en una postura poco natural y nada cómoda ya que queda curvada en forma de “S” cuando debería ser en forma de “C” además el portador tiene que arquear su espalda para compensar el peso del bebé que tira hacia adelante.

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