La
decisión de no tener hijos parecería ser cada vez más frecuente en nuestra
sociedad. En Estados Unidos y en Europa las personas priorizan su
carrera y su vida personal y retardan lo más posible la paternidad hasta
finalmente desecharla.
La
revista Time abordó esta temática desde su
portada “THE CHILDFREE LIFE”, asegurando que hoy en día las mujeres
que eligen no ser madres ya no son más miradas de reojo por tomar esa decisión,
tal como sucedía en épocas pasadas. “Estas mujeres están inventando un
nuevo arquetipo femenino, según el cual tenerlo todo no requiere
necesariamente tener un bebé”, asegura esa publicación.
Pero no solo las
mujeres eligen no tener hijos. Muchos hombres también se pliegan a esa decisión
y buscan una pareja que tenga ese mismo ideal para poder compartir la vida sin
ninguna limitación y no cargar con la responsabilidad que implica la
crianza de un hijo.
“Dinky” es un
término que surgió en los 80 y que proviene de la sigla inglesa para double-income;
no kids (sueldo doble sin hijos). Así se
denomina a las personas que no quieren ser padres para poder dedicarse
exclusivamente a sus carreras laborales y a su vida personal. Algunos atribuyen
esta decisión a diversos motivos, como su incapacidad económica, la
sobrepoblación mundial o la dura realidad del mundo en la que deberá vivir ese
niño. Los críticos de estas personas aseguran que son seres egoístas y
hedonistas, que dejan de lado los valores de la familia y se dedican sólo al
consumismo.
“Hay
parejas que directamente consensúan no tener hijos y ponen toda la
libido en el consumo, los viajes y el desarrollo personal y profesional. A
veces, comparten una actividad o una pasión, como el cine. Prefieren
tener su libertad plena y no estar atados a nada ni a nadie”
“Hay personas
que hacen cálculos de lo que cuesta criar un hijo y ese dinero lo vuelcan a
ellos mismos. A veces tienen una mascota, pero no quieren apegarse a otra
persona. Por lo general, forman una pareja simbiótica con la que hacen
todo y tienen temor a despegarse.
Los motivos que
pueden llevar a una persona a renunciar para siempre a la paternidad o a la
maternidad pueden ser muy variados, aunque por lo general se desprenden
de las malas experiencias que tuvieron en su infancia o de los miedos
que los invaden de no ser un buen padre. “En todo el mundo ésta
tendencia va en aumento. Mucha gente siente que no puede compatibilizar
trabajo, carrera e hijos. El problema de estas parejas es que a veces se
separan y les cuesta encontrar a alguien que tenga la misma sintonía.
Otras veces la relación se termina porque uno de los miembros cambia de idea
y se replantea esa decisión. Y cuando no puede convencer al otro, llega la
ruptura. La tendencia se da por igual en hombres y mujeres. En
Estados Unidos y en Europa esto es aún muchísimo más común. Si eligen
tener hijos, tienen uno solo y en promedio a edades muy avanzadas”.
Hay quienes
piensan que traer hijos a este mundo es egoísta y cruel.
“Todos los días las noticias nos muestran casos de bullying y trastornos en
niños pequeños. La niñez no es esa historia feliz que uno escuchó de
sus padres. Vivimos en un mundo violento y traer más niños cuando hay
miles que mueren de hambre puede parecer egoísta”. “Internet y los medios
masivos de comunicación hacen que sea cada vez más difícil evitar que los
chicos estén expuestos a temas como el sexo o la violencia, que en nuestra
infancia eran exclusivos de adultos. Por otro lado, tratar de no
exponerlos a eso es dejarlos afuera de la comunidad de sus pares.
Entonces, ¿cómo los preparamos para lidiar con temas que a nosotros como
adultos nos superan? Es muy difícil pensar cómo educarlos sin meterlos
en una burbuja para conservar la inocencia de la infancia y que
después no estén preparados para enfrentar a este mundo, Por otra parte
existe otro motivo para no desear tener hijos y es lo económico.
“Puede sonar frío y crudo, pero tener hijos es caro y, para poder darles lo
mejor, los padres tienen que trabajar todo el día. Entonces, ¿quién educa a los
hijos, quién les inculca los valores cuando los padres tienen que
trabajar todo el día para mantenerlos? La escuela pública no es muy
apetecida para confiar la educación de los hijos, y la privada es un lujo que
cada vez menos gente puede darse”.
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